El dato de contagios por coronavirus en España del pasado fin de semana fue inferior al registrado en el país germano, paradigma europeo en la gestión de la crisis sanitaria. El repunte del 0,8% es el menor de todo el registro estadístico. Aún así, esta sorprendente caída en el ritmo de nuevos casos debe valorarse con cautela.
A simple vista, el resultado español podría ser motivo de complacencia, pero es de justicia poner sobre la mesa algunas variaciones que se están realizando en la última semana con respecto a la contabilización de nuevos casos. Aún con esas salvedades,
la caída de la curva es evidente. Los fallecidos siempre son muchos, aunque la cifra del pasado sábado fue la más baja desde el principio del confinamiento. Además, se acelera el ritmo de curados y se siguen vaciando las UCIs; testigo de ello es el Hospital provisional de Ifema, donde
el 88% de los ingresados ya han sido dados de alta.
En Italia, país
espejo por su similitud con España por la progresión del virus, también se ha reducido de forma drástica el número de bajas en la última semana. En el caso italiano, y desde el 4 de mayo, el gobierno permitirá la práctica de deportes individuales y las visitas puntuales a familiares, siempre que sean en número reducido y guardando las distancias. Hay que destacar que el país vecino
ya permitía salir a los niños a pasear, (así como el resto de los países de la UE, con la única excepción de España) lo que lleva a pensar que
la permisividad con los menores no acarrea un aumento del contagio de la Covid-19. Ante la evidencia de la bajada de la curva, es necesario que las buenas prácticas de distanciamiento e higiene se mantengan y no se produzca una sobreconfianza que pueda desembocar en nuevos brotes en el futuro.
Fuente:
El Periódico
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