La proliferación de actualizaciones de protocolos y la disparidad de las instrucciones sobre medidas de protección, unida a la escasez de material, es causa de desconfianza y mina la moral laboral. En determinados casos, embarazo o condiciones crónicas, los profesionales requieren de instrucciones contrastadas específicas.
Para evitar la descoordinación natural de las situaciones de crisis es importante unificar (homogeneizar) la estructura de los mensajes que se van a enviar por distintos canales. De este modo, se evitan duplicados, informaciones inconexas y malentendidos. Los mensajes deben ser claros, las ideas concisas y no redundantes. En este momento, particularmente, debemos tener presente que Más es Menos.
Particularmente, ante la excepcionalidad que puede suponer un triage en situaciones extremas, requiere que protocolizar el proceso de toma de decisiones en este contexto para que no recaiga exclusivamente en los profesionales. Este protocolo debe implicar a la comisión de bioética y estar sujeto a las premisas éticas de: excepcionalidad, responsabilidad, transparencia, inclusividad, sensibilidad, confianza, equidad y mayor beneficio para el mayor número de personas.