China y EEUU lo confirman: "Habrá vacuna para el coronavirus este mismo año"


Las principales potencias mundiales han dado un paso al frente al afirmar que la vacuna contra la Covid-19 estará lista "a finales de 2020". Pese a que los más agoreros ya vaticinaban que no veríamos una vacuna hasta 2021 o incluso más allá, los más altos cargos de las principales instituciones de investigación sanitaria en China y EEUU han dado una esperanzadora noticia al planeta. Si bien es cierto que el desarrollo de una vacuna y su posterior producción en masa suele tardar un tiempo considerable en ser efectiva, esta situación excepcional está acelerando la maquinaria de las grandes potencias para que esté lista cuanto antes.

Por un lado, según escribe Pilar Pérez para el diario El Mundo, EEUU está dando los primeros pasos de una molécula para inmunizarse contra el coronavirus de Wuhan. Lo ha hecho a través de la Agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EEUU (NIH-NIAID, por sus siglas en inglés). Consiste en una fórmula sofisticada basada en ARN mensajero (ARNm), "que contiene el material genético que procede del ADN y que se encarga de la fabricación de las proteínas", explica Mariano Esteban, investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC). La vacuna se llama mRNA-1273 y es obra de los científicos de los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses y de la empresa de biotecnología Moderna Terapeutics, con sede en Cambridge (Massachusetts). En esta ocasión, la fórmula quimérica de la vacuna consiste en "emplear los genes del propio virus dentro del organismo para que las células de las personas produzcan las proteínas del virus contra las que el cuerpo se defiende de forma natural". El pasado lunes, el NIH confirmaba que ya había inoculado al primer voluntario. Por su parte, Anthony Fauci, director del NIH-NIAID, ha manifestado ya que si se cumplen los plazos previstos, podría haber vacuna para la pandemia si ésta tuviera continuación en la próxima estación gripal, para finales de 2020.

Por otra parte, pese a las reticencias de los científicos de tener una solución de inmunidad frente al coronavirus de Wuhan antes de final de año, China se muestra muy segura de sí misma. Ellos afirman que la vacuna está preparada para llevar a cabo "una producción a gran escala, segura y efectiva", aseguró la epidemióloga Chen Wei, líder del equipo de investigación de la Academia Militar de Investigación Médica, dependiente de la Academia Militar de Ciencias, que ha desarrollado el medicamento en un comunicado.


La vacuna en España

Para el desarrollo de la vacuna española, el Gobierno ha anunciado una inyección económica de 30 millones que va a permitir al equipo de Enjuanes y Solá poner en marcha los ensayos clínicos de la fórmula atenuada que tienen en su laboratorio. "Aquí se trata de otra estrategia bien distinta a las anteriores: se inocula el virus, pero no tal cuál, sino atenuado, sin fuerza, con el fin de generar que al entrar en contacto con el sistema inmune lo reconozca como un agresor y se defienda de él", explica Gabriel Reina González, especialista en Microbiología y Parasitología de la Clínica Universidad de Navarra.

La verdadera complejidad reside en quitarle el peligro al patógeno. "Hay detrás un gran conocimiento y aplicación de la ingeniería genética que le restan el carácter patogénico al virus. Se quita lo justo para que no sea peligroso y al tiempo estimule el organismo", cuenta en detalle Cristian Smerdou, investigador principal de Desarrollo de nuevos vectores de Terapia Génica del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA), que no duda en subrayar que la diferencia básica de la vacuna española radica en que "la china y la estadounidense, debido a su desarrollo sofisticado, tienen unos costes de fabricación más elevados. Sin embargo, la que dan forma en el CSIC, en el laboratorio español de Luis Enjuanes e Isabel Solá, al ser el virus mismo, pero 'debilitado' será mucho más potente y por las características de la misma resultará más barata de producir". Aunque, al parecer, los plazos para su producción no serían tan optimistas como las variantes chinas y estadounidenses.

Fuente: El Mundo

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